


Estrella no es una niña cualquiera: cuando se ríe es como si una cascada de asteroides musicales cayera sobre tu cabeza; usa palabras que ningún otro niño usa y dice tener superpoderes. ¿No es una suerte que un ser humano así de especial llegue a vivir justo al lado de tu casa y, más encima, le toque compartir banco contigo en el colegio?
Küyen va a cumplir catorce años, es mapuche, no tiene hermanos y este verano está junto a su mamá cuidando la casa donde ella trabaja. Nada parece ser muy excitante en ese barrio acomodado, hasta que Küyen conoce a Luna, una chica que no entiende el sentido de las religiones ni de los prejuicios y que, al parecer, llegó a la Tierra (y a ese sitio en particular) con una misión...
Luz es especial. Habla poco y, cuando lo hace, muchas personas no la entienden. Le gusta mirar las estrellas desde su balcón y pasar tardes junto a su familia. Su vida da un giro cuando llega a vivir a la casa de enfrente Estrella, una niña de su misma edad que parece entenderla mejor que nadie.